viernes, 13 de agosto de 2010

CUIDADOS CON UNA PERRA PREÑADA.

Durante el período de gestación de una perra, hay que brindarle los cuidados necesarios para que todo transcurra con total normalidad, evitando así problemas que puedan afectar tanto su salud como la de los cachorros.
Esta etapa tiene una duración entre 58 a 63 días (con un promedio de 60).
Al principio, la perra puede presentar determinadas conductas que indiquen un posible embarazo, por ejemplo más apego para con los dueños, aislamiento o cierta irritabilidad de carácter.
Los signos externos que indican la preñez, como ser aumento del tamaño abdominal, hinchazón de mamas, cambio en la coloración de pezones, se hacen evidentes hacia las últimas 3 semanas de la gestación.
Teniendo en cuenta la fecha del servicio (si es que se sabe), conviene hacer una consulta con el veterinario para que realice una ecografía y de esta manera confirmar la preñez.

Un elemento clave es la alimentación, repercute directamente en el desarrollo normal de los cachorros y debe cubrir los requerimientos de la madre. La dieta debe ser equilibrada y de buena calidad, ya sea un balanceado para perros adultos en base a carne, o alimentación casera adecuada (carne y verduras). En la primera mitad de la gestación se puede continuar con ese alimento habitual de mantenimiento, si este contiene el correcto balance de nutrientes. Entrando en el segundo mes, se debe ir incorporando de forma gradual, el alimento que se suministrará a los cachorros, hasta que sea alimentada solamente con esto al final de la preñez. Conforme avanza la gestación, el número de veces que se da de comer a la perra deberá ir aumentando. Se divide la ración en dos y luego en tres tomas diarias, ya que el aumento del volumen uterino en el abdomen no permitirá demasiado espacio para el alimento en el estómago. El agua debe estar siempre a disposición limpia y fresca.
Si se aumenta demasiado la cantidad de alimento, puede provocar problemas en el momento del parto (a causa del tamaño de los cachorros u obesidad de la madre).
Se puede proporcionar un suplemento de vitaminas y minerales, pero la dosis debe ser indicada siempre por el médico, para evitar excesos perjudiciales.

Durante las dos semanas anteriores al parto lo importante es el aporte de nutrientes y energía dados por el alimento (de cachorros, que al ser concentrado no es necesario suministrar grandes cantidades) y la frecuencia (tres veces al día).

El ejercicio físico del estilo de las caminatas y paseos suaves es conveniente, ya que mantiene la musculatura en buen estado y regula el peso corporal. Se deben evitar movimientos bruscos y lugares demasiado transitados.

Es aconsejable no administrar medicamentos a una perra preñada. En caso de ser necesario, el veterinario evaluará el tipo de fármaco y la dosis. También es quien debe decidir sobre posibles tratamientos ante parasitosis externas e internas.

Enlaces: Vetpraxismascotas.com